A principios de este verano, de forma sorprendente, hizo acto de presencia en la Plaza de, un gato, mejor dicho una gatina, muy nueva, cuando apareció venía muy desmejorada, delgada, con mal aspecto, esquiva y desconfiada; luego, comenzó a coger confianza y ahora es una vecina más de Salvatierra de los Barros, bueno, de la Plaza de España, congenia con todas las personas que frecuentan este espacio, con los que están sentados en los bancos o en los veladores de los dos bares allí existentes.
La gata no tiene problemas, le maúlla a todos para que le den algo, siempre obtiene algún trozo de aperitivo, que es de lo que se alimenta y de la caza de los insectos nocturnos, bebe agua de la fuente de la Plaza y duerme debajo de los coches aparcados.
El pelaje le ha cambiado, se ha vuelto bonita, se deja acariciar, y se pasea confiadamente por toda la Plaza de España, cuando aparece algún perro, se pone en alerta y adopta la debida prudencia, normalmente se oculta en los bajos de los vehículos que aparcan en la plaza.
El viajero piensa que mientras permanezca este buen tiempo de verano la vida le será fácil, otro cantar será cuando llegue el invierno y los fríos, no obstante, estos animales tienen sus recursos y su defensa, se dice que tienen siete vidas.
21 de septiembre de 2015