El viajero mantiene contactos epistolares con algunos paisanos de su época de juventud, algunos de ellos, hace ya muchos años que marcharon del pueblo, aunque todos ellos sin excepción, desde la distancia añoran nuestras cosas. Entre estos amigos cuenta con la amistad inestimable de Francisco Linares Suero, el hijo del señó Claudio Linares que vivió en la calle Santísimo Cristo.
Hay que reconocer que Francisco Linares, es una de esas personas amantes del pueblo cuyo nombre Salvatierra de los Barros siempre lo tiene en su boca y al igual que el que escribe, dice “es mi pueblo”, no porque lo haya comprado a adquirido en propiedad, sino porque pertenece a él, formando parte intrínseca del mismo, de sus campos, de sus casas, de su aire…, es el lugar de sus padres, donde pasó su juventud y se inició su vida.
Linares me cuenta que tiene un árbol netamente salvaterreño, al que le llama “MI CHAPARRITO PEQUEÑO”; hace cinco o seis años, en una de esas ocasiones que visitó Salvatierra de los Barros, se llevó unas bellotas a Madrid, las cuales plantó y dieron como resultado este joven árbol de la fotografía, árbol el que crio con mimo y mucho esmero, luego, una vez criado lo donó al Ayuntamiento de Serranillos del Valle, que lo trasplantó y lo puso cerca de su domicilio, de esta manera al pasar por su vera se siente orgulloso y sabe que es algo de él y de su pueblo Salvatierra.
Linares, fue uno de aquellos paisanos, que por circunstancias obvias tuvo que emigrar en busca de otros horizontes siendo aún muy joven, pero nunca ha olvidado al pueblo que le vio nacer, ni a sus gentes ni a sus usos y costumbres…
18 de mayo de 2015