El viajero viene de dar un paseo de la Era López durante su recorrido por el camino, se fija en las recias paredes de este cercado o huerto que nos muestra la fotografía, también en la cancilla de hierro de entrada al mismo, le gusta estas sólidas paredes, que delimitan las propiedades y sirven para darle seguridad a las mismas y a los cultivos e impedir la entrada de ganados.
Estas recias paredes, están hechas a conciencia, las construyen los mismos propietarios, aunque antes conocíamos a albañiles que se dedican a este proceso, algunos de ellos eran verdaderos artistas en levantar estas robustas paredes, lo hacían con verdadera sabiduría y maestría, acoplando de forma meticulosa las piedras para que encajaran perfectamente unas con otras. Para terminarlas en la parte superior, colocaban unas sólidas piedras o losas que servían para darle más seguridad a su obra, aunque en los rigurosos inviernos debido a la lluvia se abrieran algunos portillos, que luego en primavera había que reparar.
Es la arquitectura rural y popular extremeña; hoy debido a las prisas, a la economía y a otros factores, estas paredes están desapareciendo, quedan algunas como en este caso como testigos de lo que fue; los propietarios se decantan para delimitar sus propiedades con cercas de alambre, les resultan más económicas, reciben menos atenciones y les da la misma seguridad.
6 de enero de 2015