El viajero se ha dado una vuelta por el que antiguamente fuera el floreciente Balneario de Los Baños del Moral, al reparar en el entorno le causa tristeza ver esta estampa decrépita del edificio, donde antes se alojaban los veraneantes, gentes de abolengo, de la cultura, militares, periodistas, médicos, etc., hoy todo en una total ruina, pero no solo estas dependencias, también aquellas otras estancias donde tomaban los mismos visitantes los baños, barros, duchas, etc., de las excepcionales aguas medicinales que allí brotan de forma natural y que servían para curar muchas enfermedades.

Ahora estamos disfrutando de un otoño “veraniego”, los rayos del sol son más cálidos de lo normal para estas fechas y las aguas caídas durante estos días precedentes han propiciado a que el campo se vista de verde, por aquí en los Baños del Moral es todo verde, se está bien, no obstante, se nota cierta nostalgia y melancolía en el paisaje, y es que se nos ha ido el verano, las higueras y otros árboles se han desnudado de sus hojas, han sucumbido ante la estación, al viajero le llega el silencio del lugar que es interrumpido por el rumor de estas cantarinas y saludables aguas ferruginosas que corren ladera abajo buscando su destino.

Son los Baños del Moral un lugar de paz que antes nos traían gentes…

(23 de octubre de 2014)