Durante los días precedentes a las fiestas en honor del Santísimo Cristo de las Misericordias, son muchas las personas que vienen a pasar las fiestas con nosotros, por estas fechas, vuelven aquellos paisanos nuestros que se fueron hace muchos años del pueblo. Ojalá esta tradición perdure por muchos años más.
El viajero, se vio gratamente sorprendido al llegar a la Plaza de Canalejas y ver a este pintor, se trata de JUAN JOSE HERRERA CARO, al que todos conocemos como Herrerita, estaba pintando la fachada de una cochera propiedad de la familia.
Herrerita, nació en el año 1947 y cuando sólo contaba 17 años de edad, aunque antes estuvo por Sevilla vendiendo cacharros, se marchó a Madrid a vender fruta con José Mejías “El Dormío”, el que después llegaría a ser su suegro.
Es Juan José un gran trabajador, es incansable, es de esos que ahora se llaman personas hiperactivas. De pequeño, antes de irse del pueblo, trabajó en el campo, con 10 años ya trabajaba con Juan Vinagre, también con su propia familia vendiendo helados, etc.
Ya en Madrid, después de realizar el servicio militar, volvió a la casa de José Mejías, para hacer lo que sabía, vender fruta en los mercadillos; se enamoró de Tomasi, la hija del jefe, lo que pasa, al suegro no le entró en principio muy bien por el ojo y tuvo que pasar a trabajar por su cuenta en el mismo ramo, pero como ambos estaban enamorados, Herrerita continuó cortejando a Tomasi, hasta que acabaron contrayendo matrimonio y hoy día son felices.
Gracias a su tesón y esfuerzo, Juan José en la actualidad posee una cadena de casas rurales y varios establecimientos de autoservicio, de cuyos negocios es socio principal, poseyendo el mayor número de acciones.
Felizmente jubilado, se dedica a viajar y al cuidado de sus nietas. Es aficionado al fútbol y entusiasta del Atlético de Madrid.
Por sus dotes hemos considerado debe figurar en el catálogo de “personas singulares” de Salvatierra de los Barros. Desde aquí le deseamos la mayor felicidad.