En la Extremadura profunda de los años cincuenta del pasado siglo se empezaron a vislumbrar unas pequeñas lucecitas que a los extremeños no iban a proporcionar cierto bienestar en nuestra vidas -ahora se le dice calidad de vida-.
En esa década desapareció la Cartilla de Racionamiento. La Compañía Sevillana de Electricidad nos trajo la luz al pueblo a mediados de los cincuenta, aunque este servicio fuera más o menos efectivo con sus cortes de fluido, caída de palos, etc. Carecíamos de abastecimiento público de aguas pero fue por entonces cuando las calles de nuestro pueblo empezaron a levantarlas para meter las tuberías de agua potable y agua sucia.
Carecíamos de teléfono en el pueblo y precisamente en este año de 1950 se instaló en Salvatierra de los Barros la Compañía Telefónica Nacional de España, que luego la llamarían Telefónica, terminando por nombrarse MoviStar.
La Central de Teléfono se encontraba en la casa de Miguel Nogales, al lado de la del señó Paco Mulero, en la Plaza de España. La administración de la Central la llevaban la esposa de éste Luisa Forte y su hermana Pilar Forte. Luego se incorporarían Manola Forte y sus sobrinas Luisa y Pilar.
Indicaremos como datos curiosos que los primeros teléfonos del pueblo fueron: 1. Ayuntamiento; 2. Hermandad de Labradores y Ganaderos; 3. Consultorio Médico; 4. Cura Párroco; 5. Guardia Municipal; 6. Escuelas; 7. Alguacil; 8. Matadero Municipal; 9. Médico; 10. Nicolás Suero; 11. ¿?; 12. Guardia Civil. En 1974 pasó esta central a prestar servicio automático dependiente de Santa Marta de los Barros, Salvatierra era Centro Conector pasando por esta Central Salvatierra, además de la Parra, Feria, Villalba de los Barros y Corte de Peleas.
En 1974 dejaron el trabajo las telefonistas pioneras, la última Luisa, por problemas de enfermedad, ocupando su puesto Antonia Suero.
A Antonia le sucedió en 1976 su hermana Ana Mari Suero que contaba tan sólo 14 años de edad, Ana Mari permaneció en este trabajo hasta 1981, año en que se automatizó el servicio. En esa fecha existían en Salvatierra un total de 115 abonados.
En la foto que mostramos vemos a una jovencísima Ana Mari mientras desarrolla su trabajo. Ella misma nos dice: “si por problemas se cortaba la conferencia o tardaba, la culpa era siempre de la telefonista. Este trabajo lo ejercía durante las veinticuatro horas del día, no había domingos ni festivos, pero a pesar de ello –continúa Ana Mari– fueron cinco maravillosos años de los cuales guardo muy buenos recuerdos y muy buenas amistades”.
Hoy destacamos como “persona singular” de Salvatierra de los Barros a la telefonista Ana Mari Suero y a aquellas otras que le precedieron pues ellas fueron las que consiguieron en este ámbito ofrecernos un mayor bienestar que contribuyó a paliar otros de los que carecíamos en muchos aspectos.
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