La conocida Calleja de las Monjas, comienza en la carretera del Valle de Santa Ana, baja desde dicha carretera para entrar al pueblo, la que nos lleva hasta la calle González Naharro, es una calleja angosta y estrecha, con mucha pendiente, desde la misma, se puede contemplar una magnífica panorámica de nuestro pueblo y al fondo la inmensidad de la Sierra de La Parra.
Pero el viajero en esta ocasión se ha fijado más en esta bonita estampa que conforma la descomunal chimenea que soporta un frágil tejado. Ya lo hemos referido en otras ocasiones, son esas viejas chimeneas, iguales a las que nos dejaron nuestros vecinos los portugueses y que pusieron de moda en toda La Raya.
El gato negro en el tejado, no se ha percatado de la presencia del viajero o lo ha ignorado, el gato presumiblemente esté pendiente él está pendiente de algún movimiento, por ejemplo de algún ratoncillo o pajarillo que merodeen por su espacio.