Los que ya contamos años, recordamos a la perfección, aquellos pasatiempos y entretenimientos que la Hermandad del Santísimo Cristo de las Misericordias, ofrecía a los vecinos de Salvatierra de los Barros y a los forasteros que nos visitaran, para el divertimiento de todos, durante el transcurso de estas fiestas tan atractivas y peculiares de nuestro pueblo.
Entre estos juegos populares que logramos recordar, estaban las chocolatadas, concursos de la gallinita ciega, carreras de sacos, cucañas, carreras y destreza de camareros o carreras ciclistas, entre otras; pues bien, esto nos sirve para comentar esta fotografía, y una anécdota protagonizada por estos dos amigos y paisanos nuestros que en la misma figuran.
A la izquierda de la foto, vemos a Francisco Linares, el hijo del señó Claudio Linares, que vivía en la misma calle el Cristo y a su lado su compañero y amigo Juan el hijo de Carmen la Cana, ambos muy jóvenes.
Detrás de ellos vemos la reja del patio de la Ermita y el mostrador que en la calle se instalaba para la venta de bebidas y refrescos, por lo tanto, estamos en plenas fiestas del Cristo cuando se obtuvo esta imagen, Linares ya estaba trabajando en Madrid y vino como muchos otros paisanos a pasar las fiestas con nosotros.
Para la ocasión se trajo de la capital de España una bicicleta, con el objeto de participar en la carrera que se iba a celebrar ese año durante el transcurso de las fiestas. Llegada la hora, nuestro amigo Linares, no pudo participar en la prueba, puesto que la bicicleta se la había prestado a Juan para que diera una vuelta con ella por el pueblo, pero por falta de pericia o por la mala suerte, quizás la casualidad, Juan atropelló con ella a un hijo del señó Genaro el panadero y como consecuencias del accidente éste resultó con lesiones en un pie.
El señó Juan el municipal, le confiscó por este motivo la bici, se quedó sin ella y sin carrera. De la bicicleta nunca más se supo. Cosas de la juventud y del aciago destino.