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46.- EL HERRADOR DE CABALLERIAS, UN OFICIO QUE HA CAÍDO EN DESUSO MUCHOS PUEBLOS.

herradorHoy mostramos en esta fotografía la estampa del herrador de caballerías, de un herrador que ha venido a nuestro pueblo Salvatierra de los Barros para efectuar el herraje de varios caballos por no existir en el mismo ninguna persona que se dedique a este menester.

Con la mecanización del campo y la emigración de los años sesenta el oficio de herrador entró en picado, los asnos y mulos principalmente, fueron vendidos por sus dueños que marcharon al igual que una gran riada hacia las principales ciudades de España y a otras naciones de Europa como Alemania, Francia, Suiza…, en busca de perspectivas mejores.

Contábamos en el pueblo por aquellos años con el herrador Vicente Rangel que tenía instalada su industria en la Plaza del Pilar, era ayudante su yerno Manolo Bigote; entonces podíamos ver en el rincón de la Plaza numerosas caballerías esperando turno para ser herradas; muy  de mañana empezaba el herrador su trabajo y si los factores atmosféricos se lo permitía el herrador sacaba su banco de trabajo para llevar a cabo el mismo en plena calle.

Cantarines y armoniosos eran los sonidos del martillo golpeando sobre el yunque para darle la forma adecuada a la herradura que iba a colocar en la pezuña del animal, todo el trabajo se llevaba a cabo de una manera artesanal y perfecta; el trato personal entre el herrador y el dueño del animal e incluso con el mismo animal era perfectamente identificable y  excelente, así el herrero como si de un doctor de animales se tratara conocía los vicios, defectos y hasta las enfermedades de las caballerías procurándoles remedio, los herradores de entonces eran desde luego, confesores y asesores de muchos veterinarios.

Este trabajo hoy en día ha tomado un auge muy diferente, el herrador actual reside en una localidad determinada donde recibe los avisos desde las distintas poblaciones a la que se traslada para efectuar su trabajo, dándose la circunstancia de que a los animales que más atienden son a los caballos que sus dueños no dedican a las labores del campo, los tienen simplemente para destinarlos a sus paseos y entretenimiento personal.

 

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