Durante la época de calor es un gozo veranear en Salvatierra de los Barros, la mayoría de las casas del pueblo dada la gran anchura de sus paredes hechas con tierra apisonada (tapias), impiden que el calor caliente estos hogares antiguos hasta ya muy avanzado el verano; con estas condiciones tan favorables, la verdad es que pensándolo bien no hace falta trasladarse a esas playas tropicales para descansar, el pueblo reúne todos estos requisitos de frescura, paz, tranquilidad y afabilidad entre sus vecinos, que es lo que busca la mayoría de las gentes que viven en las grandes urbes inmersas en el ajetreo y las prisas.

A propósito de todo esto hoy nos vamos a referir concretamente a esos poyos de granito que se encuentran en el frente de la Iglesia Parroquial del Mártir San Blas, lugar donde se habrán sentado generaciones y generaciones de salvaterreños, desde luego, los vecinos no los vamos a desgastar con el uso, los llamamos en el pueblo “los poyos del atrio”; en la foto podemos observar sentados  en ellos a nuestros mayores en animada charla, una estampa cotidiana durante el verano, este es el lugar más fresco del pueblo, si aquí hace calor será insoportable en cualquier otro lugar.

Las mañanas de verano en la Plaza del Atrio son muy agradables, por ello los vecinos acuden allí para aprovechar estas circunstancias, cuando uno se marcha del lugar el asiento es inmediatamente ocupado por otro y allí permanecen hasta las dos de la tarde,  hora en la que el sol acude por detrás y les sorprende calentándoles las piernas, es la señal y la hora de retirarse.