En esta ocasión el comentarista hace alusión a un alfarero muy peculiar: ALFONSO SUERO VACA, paisano nuestro, nacido en Salvatierra de los Barros el que hizo su carrera en el mundo del barro con vocación tardía. Este paisano siempre vivió en la calle del Santísimo Cristo, es hijo del señó Julián “El Tordo” y de la señá Dolores Vaca, fontanesa ella, ambos ya desaparecidos.

El oficio de Alfonso era del campo, como su padre, aunque como muchos muchachos de su edad también fue arriero, vendió cacharros por Madrid. Se casó con Concha Corrales, ella sí era de cuna alfarera; por las circunstancias de la vida que han coincidido en muchos extremeños, el matrimonio se marchó a residir junto con el padre de ella a la monumental Mérida romana, y en esta ciudad Alfonso aprendió bajo los auspicios de su suegro el oficio de alfarero.

Allí en Mérida, perfeccionó el oficio dedicándose a la fabricación y venta de suvenires representativos de la época romana, como son lámparas, platos, medallas, camafeos, y una infinidad de objetos más destinados a la venta a los turistas, se especializó en este campo de tal manera que las reproducciones que hacía eran perfectas, que el que esto escribe ha tenido la ocasión de contemplar algunas y las que ha visto las considera excelentes.

Hoy Alfonso ya está jubilado, en Mérida se ha quedado a residir nuestro amigo con su esposa Concha, allí ha echado raíces aunque hay que decir que es asiduo visitante a su pueblo Salvatierra de los Barros, como buen salvaterreño no desaprovecha cualquier ocasión para visitarnos.

Alfonso es uno de esos embajadores que también ha llevado nuestras costumbres y la tradición de Salvatierra a oros lugares, él lo ha hecho a Mérida, le deseamos larga vida y prosperidad.

28 de mayo de 2015