Allá por el año 1956, se instaló en Salvatierra de los Barros, la Compañía Sevillana de Electricidad que nos trajo la luz a las casas y a las calles del pueblo, una innovación para las gentes de entonces, la electricidad nos era suministrada durante las veinticuatro horas del día, algo inconcebible en aquellos tiempos para pueblos como el nuestro de escasa población, que hasta entonces disponía de un alumbrado de escasa potencia, con frecuentes cortes, que sólo prestaba el servicio durante la noche.

Hoy, nos preguntamos, cómo era posible que pudiéramos vivir así, sin frigoríficos, lavadoras, radio o televisión, y más, sin darle al interruptor para entrar en cualquier habitación, por poner unos ejemplos.

En esta fotografía aparece el transformador de la luz, en esta caseta era recibida la corriente eléctrica y desde allí, era distribuida a todo el pueblo, se encuentra este edificio en el Matadero, en la parte superior de entrada al mismo figura 1955 como año de su construcción.

Al transformador, se trasladaba todas las tardes a la hora del crepúsculo, el señó Manolo el electricista, el que dotado de una pértiga subía las palancas de los interruptores para conectar y suministrar el alumbrado a las distintas secciones del pueblo.

Los de mi generación, recordamos los frecuentes cortes y restricciones de alumbrado que sufríamos, especialmente, los días de viento y lluvias, cuando los elementos atmosféricos se confabulaban, las consecuencias las sufrían los postes de la luz, que eran derribados al suelo cual fichas de dominó, era entonces, cuando veíamos al señó Manolo, salir de su casa en la Plaza del Atrio, cargado con sogas, palas y otros enseres, acompañado de un equipo de hombres los que a pesar de las inclemencias del tiempo, recorrían la línea eléctrica para localizar y subsanar las averías.

Hoy todo se ha mejorado, los problemas que puedan surgir se solucionan telemáticamente, aquellos eran otros tiempos…